Fue la caída del país la que dió pie a la revolución. Tras la invasión francesa en 1864, se estableció una monarquía de corto plazo en México bajo el reinado del austriaco Maximiliano I, aliado de los franceses. La elaboración de cerveza floreció en el país durante la ocupación con la llegada de los migrantes de Austria, Alemania y Suiza. Existen reportes de que Maximiliano viajó a México con sus propios cerveceros como parte de su séquito de sirvientes.

Las nuevas técnicas de refrigeración europeas y la introducción de levaduras de fermentación lenta representaron un gran cambio a las cerveza que se acostumbraba en México antes de la ocupación: cervezas oscuras y densas de fermentación rápida, almacenadas y servidas a temperatura ambiente. Durante esta época de influencia europea contribuye con la creación de la primer lager mexicana producida en 1865, de la cual se desprende la amplia gama de estilos que se consumen en México hasta nuestros días.

El espíritu de los primeros cerveceros mexicanos vive en Manos de Calacas: Jefezón, Cabezón y Guladón.

Cada lote de la cerveza Manos de Calaca, es elaborada artesanalmente, para restaurar la relevancia cultural y recetas tradicionales de la cerveza mexicana. Importamos malta y lúpulos de Alemania, para producir la cerveza tradicional de la más alta calidad; autenticidad de la cual nuestros antepasados estarían orgullosos.